Rescato en esta ocasión una entrevista con Peter Bagge fechada en junio de 2001 y aparecida en Neo, la separata que incluía La Cartelera, suplemento semanal del diario Levante. Los contenidos estaban mayoritariamente relacionados con la música, pero el perfil de la sección permitía con frecuencia introducir artículos y entrevistas que mantenían conexión con la otros ámbitos de la cultura joven, como el cine, la animación, la literatura underground, la televisión, internet o el cómic. Al margen de la entrevista, el reportaje incluía un despiece con información sobre las tres series más conocidas de Bagge por entonces (Odio, Buddy y los Bradley y Mundo idiota) y un perfil biográfico a cargo de Óscar Palmer, extraído del libro Cómic alternativo de los 90. La herencia del underground, editado por La Factoría de Ideas en el año 2000.

 

 

PETER BAGGE

VIÑETAS «GRUNGE»

El autor más importante del cómic underground de los 90, creador de Odio y Mundo idiota, planea reanudar las aventuras de Buddy Bradley, su personaje más carismático.

Aunque ya había visitado Barcelona con anterioridad, Peter Bagge fue una de las estrellas del pasado Salón del Cómic. El creador de Buddy Bradley y la serie Odio, heredero directo de Robert Crumb, muestra en sus historietas la cara menos complaciente de la célula familiar norteamericana, utilizando un corrosivo humor que le ha granjeado seguidores en todo el mundo. La editorial catalana La Cúpula sigue reeditando sus trabajos más conocidos mientras Bagge trabaja en Yeah! con Beto Hernández y prepara el regreso de su serie más emblemática.

¿Marca Odio un antes y un después en tu trayectoria profesional?

Supongo que sí, porque es mi serie más famosa. Anteriormente, había estado buscando mi estilo. Cuando hice Odio ya estaba preparado para desarrollar diferentes personajes, etc.

¿Es cierto que estás preparando una película de animación basada en el comic book?

No. Intenté en dos ocasiones convertir Odio en una serie de animación televisiva. Primero con la MTV y después con la HBO. Incluso llegaron a pagarme por escribir los guiones. Las cadenas de televisión están desarrollando constantemente series que nunca pasan de esa fase. Ahora estoy trabajando en Yeah!, un cómic para niños que hice con Beto Hernández y que puede convertirse en una serie para MTV.

¿Puede ayudaros el éxito de South Park o Los Simpson?

En EEUU pasa algo muy curioso: cuando un show se convierte en un fenómeno popular, todas las cadenas buscan hacer lo mismo, y se satura el mercado con productos de muy baja calidad, realizados a toda prisa. Entonces, los ejecutivos piensan: «Vaya, el público se ha cansado de la animación», y vuelve a haber un periodo de estancamiento. Después de Los Simpson pasó eso: Mike Judge creó Beavis & Butt-Head y después King of the Hill, y todos quisieron hacer lo mismo.

Al menos, Buddy Bradley ha protagonizado un corto de Steve Loter.

Sí, lo rodó en 1996, pero casi no lo recuerdo. No me gustaron las voces que le pusieron a los personajes, pero en cuanto al resto, hicieron un buen trabajo de animación.

En Yeah! te encargas del guion. ¿Te resulta cómodo dejar el dibujo en manos de otro?

Escribir me resulta muy fácil, mientras que dibujar me cuesta mucho, lo hago muy lentamente, me lleva mucho tiempo terminar una página, así que prefiero darle historias a otra gente para que las dibuje.

La editorial Fantagraphics fue tu catapulta al éxito. ¿Se puede establecer un paralelismo entre su trabajo en los últimos años 80 y los 90 con el de los editores underground de los 60 y 70?

Seguro. Entre los 80 y los 90 se enmarca el trabajo de Denis Kitchen con la editorial Kitchen Sink y el de Gary Groth con Fantagraphics, que publicó una gran variedad de títulos y dio nueva vida al catálogo underground durante años. Pero poco después se repitió la historia de décadas anteriores y Fantagraphics fue vendida a una gran empresa, que acabó con la editorial. No les culpo por haberlo hecho, cada uno obtiene dinero como puede, pero Fantagraphics nunca haría algo así, de hecho se enemistaron con Kitchen a raíz de su decisión.

Se te considera portavoz de toda una generación. ¿Te gusta la definición?

¡Por supuesto! (risas). Lo único que me resulta embarazoso es que no formo parte de esa generación de la que se me considera portavoz. Soy demasiado viejo, tengo 43 años, técnicamente pertenezco al baby boom, no a la generación X. Me pasa lo mismo que a Douglas Coupland. Muchas veces, cuando voy a las convenciones, observo la larga cola de gente que hay esperando a que les firme un ejemplar y veo un montón de chavales jóvenes con piercings, tatuajes, el pelo rosa… Todos esperan en la cola mirándome extrañados. Recuerdo a un par de chicas a las que oí comentar: «¡Agh, pero si el tipo es viejo!»

¿Esperan encontrarse a Buddy Bradley?

Claro. Y la verdad es que me parezco bastante a él cuando estoy en casa. A veces paso muchos días trabajando, sin salir, y no me afeito, ni me cambio de calzoncillos… Mi mujer y mi hija me dicen: «Por favor, date un baño…» (risas). Así que cuando salgo es una oportunidad para ducharme y vestirme bien. A mi edad, me sentiría ridículo vistiendo como un chaval de 20 años.

¿Todavía tocas la batería en The Action Suits?

No. Era muy divertido, porque los otros miembros del grupo eran todos quince años más jóvenes que yo. Estaban más cerca de la edad de mi hija que de la mía. Y asistir a sus fiestas era terrible: pensaba que me arrestarían por estar allí, rodeado de menores.

Hablando de música, siempre se te identificó con el grunge. ¿Te gusta?

No es mi estilo favorito, pero había algunas bandas muy buenas. Hace poco coincidí con Dave Grohl y Kris Novoselic, de Nirvana. Y me gustaba mucho Mudhoney. Tengo una historia divertida relacionada con ellos. Unas vez, en una convención de cómics en Berlín, vino un punk y me preguntó si les conocía. Le contesté que sí, y que vivo en la misma calle que el batería, con el que a veces coincido en el banco cuando vamos a hacer gestiones sobre nuestros préstamos. Me miró muy serio y me dijo: «¿El batería de Mudhoney tiene una hipoteca?» No podía creerlo (risas). «Y yo también», continué. «Es la única manera de comprar una casa». Se dio media vuelta y se fue, completamente decepcionado.

¿Qué música escuchas mientras trabajas?

Cuando era más joven, disfrutaba con el punk, pero siempre me han gustado los Beatles y los Beach Boys, aunque a veces me veo forzado a escuchar a las Spice Girls por culpa de mi hija. En América siempre ha existido la rivalidad Beatles/Stones. Si te gustaban los Beatles eras popero, mientras que si te decantabas por los Stones se suponía que preferías la música basada en el blues, más pantanosa y pesada. Yo siempre estuve en el lado de los Beatles.

Al citar tus influencias, siempre se habla de otros dibujantes. ¿Reconoces también afinidades con el cine?

Probablemente el único director al que puedo considerar una referencia obvia es Woody Allen. Annie Hall fue una revelación para mí. Y la sigo considerando maravillosa. Me gusta por lo mismo que Robert Crumb, por cómo es capaz de reírse de sí mismo al tiempo que cuenta una historia. Visualmente me siento cercano a Preston Sturges y a Frank Tashlin. De sus películas, me encantan The Girl Can’t Help It y Una mujer de cuidado, que es realmente divertida. De los más recientes, me gusta David Lynch, especialmente Terciopelo azul, y John Waters, cuyo sentido del humor es tremendo.

¿Qué preparas para el futuro?

Estoy trabajando en el guion de Yeah! para la televisión, y con la web www.suck.com, que está muy interesada en colocar mi trabajo en la red. Y voy a empezar Odio de nuevo, aunque serán entregas anuales.